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Disfrutando de la Playa

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domingo, 27 de agosto de 2017

Medios de difusión

Bienvenidos/as a Viajesinbarrerasonline!

“DISCAPACIDAD, DISCRIMINACIÓN Y MEDIOS DE DIFUSIÓN”

AUTORA: SILVIA VALORI


     Los Medios de Difusión forman parte del poder en la sociedad actual. Son formadores de ideas y generadores de opiniones. Lo que hemos dado en llamar “opinión pública” se nutre, básicamente, de los diarios, la radio, la televisión y de la Internet. Hoy se sostiene – y se transmite—la famosa idea de que “lo que le hace falta a un país es tener ciudadanos bien informados”. Puedo decir también --sin temor a equivocarme-- que si bien antes los medios de difusión decidían sobre los temas que hablaría la sociedad, hoy deciden hasta lo que piensa y difunden los paradigmas de la Cultura. Las cuestiones que revisten importancia y sobre las que hay que explayarse y opinar son estudiadas, habladas, reiteradas, analizadas y exhibidas hasta el cansancio en los diferentes canales, radios, diarios e Internet, de mil maneras y modos.

Desde mi posición de mujer con “dis”capacidad, escritora, pensadora y conferencista, quiero hacerles llegar mi opinión personal:
“Lo que le hace falta a un país es una ciudadanía culta, No una ciudadanía bien informada. Lo realmente importante es que la gente piense, No que le parezca que piensa. Hace ya mucho tiempo que la Educación viene siguiendo, en nuestro país, una línea descendente y en esa línea incluyo a los programas de radio y televisión. Les han hecho creer a las personas que lo importante es “ser hermosos/ as”, “rubios/ as”, “de nariz respingada, labios carnosos y cuerpos perfectos”. Y así nos encontramos con uno de los por qué más importantes de la discriminación en los medios de difusión para con las personas con “dis”capacidad: Una persona con “dis”capacidad no tiene, generalmente, ni uno de esos atributos o tiene sólo algunos, pero no puede tener todos. Por que la “Dis”capacidad no es hermosa, ni tiene cuerpos perfectos. Así como la mayoría de la gente no lo es. Somos todos imperfectos/as, diferentes, complementos unos/as de otros/as; es absurdamente imposible querer ser todos/as iguales y perfectos/as. Si varios/as de los que aparecen en las pantallas no recurrieran a las cremas, los maquillajes, las tinturas, los tratamientos adelgazantes y las cirugías, no tendrían la autoestima ni la personalidad suficientes para aparecer como “modelos”. Y si no fuera por esas “pócimas mágicas” o “ungüentos milagrosos” o “cirugías reparadoras”, en poco tiempo nos quedaríamos sin personas aptas para exhibir en las pantallas.

Y quizás es éste un llamado de atención de la Madre Naturaleza al haber dispuesto que seamos tantas personas con “dis”capacidad en el Mundo – más de 1000 millones – de las cuales, alrededor de cinco millones vivimos en la Argentina.
Y necesitamos ser escuchadas y representadas. Y lo necesitamos mucho. Necesitamos que los medios, esos medios formadores de ideas y generadores de opiniones –no, no me equivoco al emplear los términos de esta manera—difundan imágenes más positivas, sin mitos ni estereotipos ni tabúes.

Una manera de comenzar sería el modo en que se nombra a las personas con “dis”capacidad; y en lugar de “discapacitado”, “inválido”, “lisiado” o “minusválido” y teniendo en cuenta además, que las palabras generan pensamientos, podríamos decir  o escribir personas con “dis”capacidad, y si hay poco lugar o poco tiempo, personas con d, y si tenemos poquísimo lugar y poquísimo tiempo, Pcd. Comenzar a pensar, a escribir y a decir: personas sordas, personas con movilidad reducida, personas ciegas, personas con déficit mental o intelectual. Y dejar de pensar en qué grado o tipo de discapacidad o minusvalía o invalidez tiene cada uno y considerar y pensar a las personas con “dis”capacidad, personas.

No existen las personas que no hacen nada o que no sirven para nada. No existen los seres inválidos, ese es otro paradigma que hay que hacer caer. La persona que no hace nada o que no sirve para nada es porque está muerta. La persona que está “inválida” es ¿qué no tiene validez? ¿Para qué y quién lo establece?...

Es la “dis”capacidad hoy entendida, en Argentina, en América Latina y por muchas personas –todavía y lamentablemente--, como “un problema de difícil solución”. Si seguimos percibiendo a la “dis”capacidad como “un problema”, y no como “una forma más de vida, dentro de la biodiversidad” –como lo vienen haciendo en algunos países de Estados Unidos y de Europa-- nos encontraremos muy lejos de hallarle una solución. Ya lo ha dicho Einstein: “cuando tenemos un problema difícil,  para resolverlo, hay que cambiar de paradigma”. Y esto es lo que voy a pedirles a los Medios de Comunicación: “que ayuden a cambiar el paradigma de la  y en la “dis”capacidad”.

Veamos y propaguemos imágenes positivas de las personas con “dis”capacidad y de las mujeres con d, conformando una sociedad NO “a pesar de las diferencias” sino: “a partir de las diferencias”, porque lo que enriquece a los individuos son, precisamente, esas diferencias.

Los estereotipos, si bien en algunos momentos son necesarios, no sirven ni hacen bien, a nadie ni en ningún lado y, además, reflejan una realidad que no es tal.

La “mala de la novela” está paralítica. Me y les pregunto: ¿y porqué está paralítica es mala? ¿o está paralítica por ser mala? ¿Cómo deduce o de dónde saca el o la guionista que esto es así?

La maldad y la bondad, el odio, el amor, el resentimiento, la confianza, la amabilidad, son sentimientos o virtudes que no tienen nada que ver con la condición física de las personas. Se encuentran en personas gordas, flacas, lindas, feas, bajas, altas, rubias, morochas, peladas, con pelo, sanas y enfermas. Y en personas de género masculino o femenino, de naturaleza heterosexual, homosexual, bisexual, etc.

Es tiempo de que dejemos de suponernos, de pensar y de emitir imágenes estereotipadas, que nos demos cuenta que somos mucho más que consumidores/as, usuarios/as y ciudadanos/as, que debemos ser bien representados por quienes tienen la obligación de hacerlo bien. Somos PERSONAS todos y todas, sin distinciones y podemos exigir que los valores se transmitan por los medios de difusión, todos aquellos valores que hacen que la dignidad humana, sea algo más que dos palabras.

Podemos exigir ser representadas, no estereotipadas...

Pregunto: ¿Desean habitar un país digno, seguro y confiable? Pues primero debemos ayudar todos y todas a formarlo. Un país digno, seguro y confiable tiene ciudadanos y ciudadanas dignos/as, seguros/as y confiables. Es condición fundamental que nosotros/as seamos primero así, para que vuelvan, como un boomerang, estas cualidades a nosotros/as.

Mientras se mantenga la línea que vienen desarrollando los Medios de Comunicación, difundiendo noticias de calamidades, robos y crímenes de todo tipo, estaremos creando más noticias de calamidades, robos y crímenes de todo tipo.

A los y las Responsables de los Medios de Difusión: voy a pedirles ayuda y quiero hacerlo en nombre de nuestros hijos e hijas, de nuestras nietas y nietos, de nuestros padres y madres y de todas las personas con y sin “dis”capacidad de Argentina y del Mundo:
Ustedes pueden colaborar y además, es imprescindible que lo hagan:  ¡Cambiemos el modo! ¡Miremos de otra manera! ¡Hablemos de otra forma! ¡Escribamos distinto! ¡Transmitamos imágenes diferentes!

Y entonces es posible que todo lo bueno que los argentinos y argentinas deseamos, se haga presente. Ese será un Día Maravilloso y formará parte de un Futuro Maravilloso.
El Futuro que el Universo diseñó para todos y  todas y al que, todavía hoy, no hemos logrado acceder.                                     













Las Crisis...

Bienvenidos/as a Viajesinbarrerasonline!

  Las crisis… Y cómo hacer para superarlas?

Autora: Silvia Valori

Primera parte.
                                                                             
    La palabra crisis significa dificultad, problema, obstáculo, aunque también
indica cambio, transformación, variación, oportunidad, estas expresiones son  antónimos o contrarias de otras como facilidad, comodidad o  conservación. Para salir de una crisis es necesario transformarla en un problema, porque de esa manera le buscaremos “la solución”. Cuando una “crisis” se presenta en la vida de una persona su ánimo subirá y bajará, de acuerdo a los acontecimientos que le sucedan.
Los problemas o conflictos tienen soluciones, buenas, malas o regulares, más beneficiosas para algunos/as, un poco perjudicial para otros/as, pero tienen,  pues si no tendrían solución no serían problemas.
Se comienza a resolver una crisis cuando se la percibe como un problema y cuando la persona pasa a preguntarse a sí misma: ¿Qué hago? ¿Hago algo o espero que el tiempo pase y que con el transcurso de los días llegue a una solución sin mi intervención? ¿Quiero ser parte del proceso? ¿Deseo salir de esta situación que me produce angustia e inseguridad, miedo e indefensión?
Si optamos por intervenir en el proceso de solución, se ingresa en la etapa de la acción y ahí es donde está la clave para comenzar a resolver una crisis.
Cuando alguien se decide a “tomar el toro por las astas” y enfrentar las consecuencias que se presentarán al hacer, al dejar de hacer, pensando y sopesando qué es lo más acertado y qué lo más conveniente, a qué punto los conducirá su accionar y si sus emociones se encuentran en un nivel de aceptación de las consecuencias que derivarán de tal iniciativa, se empieza a emerger de lo que denominamos “crisis”.
De las crisis (o situaciones problemáticas) podemos comenzar a salir de tres maneras diferentes:
-        Con mentalidad negativa, como si fuera un desastre al que la vida inescrupulosa y cruel nos enfrenta, viendo y pensando al Universo (cualquiera sea la idea que se tenga de él) como Alguien vengativo y cruel, dos palabras nada propicias para un Dios Amor Fuente de Suprema Sabiduría...
-        Con mentalidad neutra, pensando en que “si esto es así, por algo será...” “Es el destino... Las personas proponen y Dios dispone...” “La vida tiene etapas de sufrimiento y problemas...”
-        Con mentalidad positiva, sabiendo que cada cosa que hagamos tendrá su resultado, que a cada  sentimiento lo acompaña un pensamiento y a cada pensamiento una palabra o acción.

De la mentalidad negativa puedo contarles muchísimas cosas, me tendría que  trasladar a mi pasado y trato siempre, en la medida de mis posibilidades, de no hacerlo. Pero como para que se den una idea de lo que puede hacer con la vida de una persona una mentalidad negativa, les contaré que hoy creo firmemente que esta situación – el accidente automovilístico por el que uso una silla de ruedas– me la atraje yo misma, por supuesto, de más está aclararlo, sin quererlo en forma consciente, y fue por dos causas: por mi mentalidad negativa y por la falta de amor a mí misma o escasa autoestima.
Intuía que, para cambiar la forma equivocada de enfrentarme con los problemas debía cambiar mi percepción de los acontecimientos, no verlos como una amenaza, sino como una aventura, como un aprendizaje, como una forma de evolucionar... Tal como varios/as aconsejan: “tenía que cambiar de paradigma”. Y ya lo ha dicho Einstein, hace mucho tiempo atrás: “un problema no puede ser resuelto en el mismo nivel de pensamiento en el que ha surgido, para resolver un problema de difícil solución es preciso cambiar el paradigma”...
Hoy puedo observar y darme cuenta que, hasta hace un tiempo atrás, no me estimaba ni me amaba lo suficiente y, si bien quise y he respetado siempre a todos/as, lo hacía más porque era “lo correcto”. ¿Cómo logré superar este inconveniente para mi progreso personal, que tantos infortunios me deparaba? Leyendo varios libros de crecimiento personal y, especialmente, haciendo un curso de “autoconocimiento”... Cuando terminé el curso – tengo uno de mi autoría y además, lo pueden encontrar en libros, en internet, hay profesionales e instituciones que lo ofrecen, algunas gratuitamente – me di cuenta que, además de no haberme querido ni valorado lo suficiente en determinadas etapas de mi vida, tenía pensamientos negativos inconscientes acerca de mí persona que me atraían situaciones, gente y acontecimientos desagradables.
Entonces me dije un día: “hasta acá hemos llegado” y me dispuse a vivir y a comportarme de manera diferente... y les puedo asegurar que desde ahí fueron varias series de acontecimientos beneficiosos que me indicaron que estaba en el buen camino...
En el año 1992 había llegado a mis manos un ejemplar de un libro que trataba sobre el enorme poder que tenemos en nuestra mente, como me gusta mucho leer, lo devoré, literalmente hablando... Pero puse en práctica muy poco de lo que allí decía ya que no creí absolutamente nada y me pareció una “pavada” que alguien había escrito sin asegurarse demasiado de lo que decía.
Dos años después hablé con una persona que leía continuamente este tipo de libros y a quien le iba muy bien, en lo económico y en sus relaciones personales, tenía una hermosa casa, campos, varios automóviles, viajaba al exterior algunas veces en el año, vivía con su esposa e hijos/as; me confió que él leía esos libros – más exactamente los de Joseph Murphy – y que ponía en práctica lo que allí decían y me aseguró que otra persona que él conocía bien y a quién le iba espléndidamente – y que yo también conocía – era un asiduo lector de esta clase de ejemplares. Me recomendó que  pusiera en práctica el poder de mi mente y que pensara en forma positiva permanentemente  porque era verdad, hasta me dijo que lograría volver a caminar si perseveraba en ese punto y me visualizaba caminando.
Por supuesto no lo puse en práctica ese año, aunque modifiqué un poco mi mentalidad, tornándola neutra, ya no era tan negativa, o sea a veces lo era y a veces no...
Es que nos han acostumbrado tanto a pensar en forma negativa y no hacerlo, al principio no es tan fácil, sobretodo porque nos tenemos que manejar con ilusiones, diciéndonos que estamos llenos de alegría cuando en realidad estamos tristes, que tenemos una excelente salud, cuando en realidad nos sentimos enfermos/as y doloridos/as, que nos sobra el dinero cuando en realidad estamos sin un céntimo... Modificar la forma de pensar es una tarea que exige al principio perseverancia y esfuerzo, dos cualidades que no todos/as desarrollamos y empleamos frecuentemente.
Además tenemos dos importantes factores en contra: Uno es la duda
                                                                                      Y el otro es el entorno
 Estimo que a la duda la podemos manejar, puesto que es un sentimiento y está dentro de nosotros/as, por lo tanto, al no aceptarlo ya estamos venciéndolo y de esa manera estamos controlándolo o restándole efecto. Pero lo que no es tan fácil de vencer es lo que nos dicen y lo que vemos que sucede a nuestro alrededor, o sea nuestro entorno.
Porque ¿cómo puede tener una mentalidad positiva una persona que vive escuchando las cosas terribles que le pasan a mucha gente, la crisis en la que se encuentra el país y la economía, que el mundo está siendo sacudido continuamente por guerras y agredido por desastres ecológicos, químicos, climáticos, etc?
¿Cómo puede tener una mentalidad positiva alguien que no tiene ni agua para beber ni comida, ni techo, ni ropas…? ¿Cómo enseñarle abundancia a alguien que nada posee, que nunca la vio, ni mucho menos, vivió en abundancia?
Es difícil, pero no es imposible... Ya les dije: todo comienza cuando nos ponemos en disposición de querernos a nosotros/as mismos/as, recién ahí empieza el auto-diálogo positivo, tan diferente del auto-diálogo negativo con el que hemos crecido todos y todas, con la crítica permanente y el “no” eterno. Un niño o niña (cualquiera de nosotros/as) escuchamos la palabra “no” unas cien mil veces, durante los siete u ocho primeros años de vida, que son los más importantes en cuanto a recuerdos y fijación de ideas...  Y como nuestro subconsciente es un servidor rápido, ágil, cuando pensamos en “lo que no queremos”, por ejemplo: “no quiero salir de viaje en verano”, él ya ha registrado  lo más importante de la frase, “salir de viaje en verano”, y eso es lo que ocurrirá... Si usted “no quiere pensar en una manzana”, justamente estará pensando en ella porque para no pensar, primero hay que pensar y eso es lo que hace... Porque nuestro subconsciente va directo al asunto, y el asunto, en una frase negativa, no es la palabra “no”.
El “no” queda registrado de tal manera en la mente que ni siquiera lo reconoce, por eso cuando pensamos “no quiero”, eso es lo que obtenemos. Por ejemplo “no quiero estar gordo”, la persona que dice esa frase es gorda o lo será, sin lugar a dudas... No quiero que me falte el trabajo... al poco tiempo se queda sin trabajo... No quiero que me rematen el auto... le rematan el auto... No quiero ser como mi madre... así se terminará transformando en alguien idéntico en todo sentido a su madre... y todos/as serán conscientes de ello, menos usted...
Es preciso darnos cuenta y observar nuestros pensamientos para  centrarnos en lo que queremos, no en lo que no, en vez de decir “no quiero estar gordo/a”, vamos a decir: “quiero estar delgado/a”; en lugar de: “no quiero que me falte el trabajo” diga: “siempre encontraré trabajos bien remunerados”, en lugar de: “no quiero que me falte el dinero”, diga: “tengo siempre dinero y en abundancia”, aunque al principio sea ilusorio, después de algún tiempo ya no lo será y cuando más concentre su energía considerando cuánto tiene y agradeciendo por ello, más atraerá. Todo lo contrario a lo que ocurrirá si se centra en que no tiene, pues cada vez poseerá menos... Estas cosas se dan de esta manera, tras pensar o afirmar así, porque Dios nos ha dotado a todos/as por igual con los beneficios (si la sabemos usar para bien) de la ley de la atracción y el “libre albedrío”, esto quiere decir que aquello en lo que nos centramos es lo que obtenemos, el Universo no hace distinción ni se pone a discutir si es bueno o malo, lo otorga, a esta distinción la tiene que hacer usted y comenzar a centrarse en lo bueno y en lo que realmente desea para atraerlo... Recuerde siempre que “lo semejante atrae lo semejante” y si no, preste atención cuando la gente afirma que “el dinero atrae al dinero”, y esto es así realmente, pero no sucede solamente con el dinero, sino con todas las cosas, y en todos los órdenes de la vida.
Resumiendo, la clave está en adoptar una actitud positiva en todo momento, esto es lo realmente importante, aunque al principio sea ilusorio, usted deberá pensar que tiene mucha salud, mucha calma, mucho amor, mucho dinero y así sucesivamente hasta lograr atraer todo esto, realmente. Tendrá que pensar y afirmar permanentemente que esto es así, todas las horas de su día, no cuatro horas estar en positivo y las veinte restantes en negativo, la programación psíquica positiva debe ser mantenida todas las horas en las que nos hallamos conscientes, en estado de vigilia.

(Continúa en la segunda parte)

Es un inconveniente insalvable la Accesibilidad en la Argentina y en el Mundo?

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